La glándula hipófisis

Glándula hipófisis

La glándula hipófisis o glándula pituitaria es una pequeña estructura ubicada en la base del cráneo, sobre una depresión del hueso esfenoides llamada silla turca.

Está unida al hipotálamo, verdadero centro rector de la actividad hormonal del organismo, por medio del tallo hipofisario.

A través de él le llegan todas las señales que regulan su función.

 

Anatomía de la glándula hipófisis

Anatómicamente se divide en tres porciones: la hipófisis anterior o adenohipófisis, la pars intermedia y la hipófisis posterior o neurohipófisis.

Las hormonas que secreta la adenohipófisis son:

  • Hormona estimulante de la tiroides (TSH): Regula la función de la glándula tiroides.
  • Hormona de crecimiento (GH): Estimula el crecimiento tisular y óseo.
  • Prolactina (PRL): Interviene en el desarrollo de las glándulas mamarias y la producción de leche e, indirectamente, en la continuidad de los ciclos menstruales.
  • Hormona adrenocorticotropa (ACTH): Estimula a la glándula suprarrenal para secretar cortisol, hormona que interviene en la regulación de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Es una de las hormonas que se liberan ante situaciones de stress.
  • Hormona foliculoestimulante (FSH) y luteinizante (LH): Sus nombres derivan de la acción que producen en el ovario. Intervienen en la producción de esteroides sexuales actuando en los ovarios y los testículos. En las mujeres provocan la ovulación y mantienen el cuerpo lúteo para que sintetice progesterona. En los hombres estimulan la producción de testosterona por las células de Leydig testiculares e intervienen en la espermatogénesis.

La pars intermedia secreta la hormona melanocitoestimulante y otras moléculas de función incierta.

 

Por su parte, la neurohipófisis secreta las hormonas:

  • Antidiurética (ADH) que regula la pérdida de agua a nivel renal.
  • Oxitocina. Estimula la contracción del útero durante el trabajo de parto y la secreción de leche por las mamas.

Las enfermedades de la glándula hipofisaria se manifiestan por aumento o disminución de la producción de hormonas, condicionando distintos cuadros neuroendócrinos.

glandula hipofisis
Hemicráneo. El rectángulo indica donde se halla la silla turca y la glándula hipófisis.
glandula hipofisis 2
Imagen histológica de la glándula
<h4></h4>

Director

Los tumores hipofisiarios

Tumores hipofisiarios

Los tumores hipofisarios representan el 14 % de todos los tumores cerebrales; en el 70% de los casos secretan hormonas y un 30% son no secretantes.
Según su tamaño se clasifican en microadenomas (cuando son menores de 10 mm) o macroadenomas (de más de 10 mm).
Los tumores hipofisarios se manifiestan a través de un cuadro oftalmológico, sintomatología endocrina y/o neurológica.

 

Cuadro oftalmológico

Comprende uno o más de los siguientes síntomas:

  • Disminución de la visión uni o bilateral que puede llegar a la ceguera.
  • Compromiso del campo visual en la porción lateral (hemianopsia bitemporal).
  • Alteración de la motilidad del ojo con visión doble o caída (ptosis) de uno ambos párpados.
  • En el fondo de ojo el oftalmólogo podrá detectar una atrofia de papila, consecuencia de la compresión del tumor sobre el nervio óptico.

Diagnóstico

Se realiza a en la consulta oftalmológica mediante el examen de la agudeza y campo visual y fondo de ojo.

Cuadro endocrino

Las manifestaciones endocrinas pueden ser por la falta o exceso de algunas hormonas.

Produce un cuadro de hipofunción que puede llevar a la insuficiencia hipofisaria (hipopituitarismo) o de hiperfunción hipofisaria, en tales casos, la sintomatología será acorde a la hormona en exceso.

Hormona de crecimiento. Acromegalia – Gigantismo – Giganto-acromegalia

Se produce por un exceso en la secreción de la hormona de crecimiento (somatotrofina).

En el hígado y a partir de ésta, se sintetiza una molécula llamada IGF1, que es la responsable de sus efectos fisiológicos.

En los niños, la hormona estimula el cartílago de crecimiento y produce un cuadro denominado gigantismo.

En los adultos el cartílago de crecimiento ya se ha cerrado y solo induce crecimiento de manos, pies, nariz, labios y vísceras y se acompaña de dolores articulares similares a los reumáticos.

En los adolescentes produce un cuadro mixto llamado giganto acromegalia.

Un nivel elevado de hormona del crecimiento puede incrementar la presión sanguínea (hipertensión arterial) y el nivel de azúcar en la sangre (diabetes).

 

Diagnóstico

  • Se realiza mediante el estudio hormonal, especialmente de la hormona de crecimiento y de la IGF1.
  • Imágenes de tomografía computada y resonancia magnética cerebral.

Evolución

Si el tumor no es tratado aumenta la mortalidad por complicaciones cardíacas y respiratorias asociadas, o por la aparición de tumores en otra localización.

Prolactinomas

Los tumores secretantes de prolactina (PRL) producen una sintomatología específica según el sexo.

La mujer consulta por:

  • Galactorrea (Secreción de leche por las mamas)
  • Amenorrea (ausencia de menstruación) o irregularidades menstruales.
  • Infertilidad

 

El hombre consulta por:

  • Impotencia e infertilidad.
  • Falta de deseo sexual.
  • Ginecomastia (aumento del volumen mamario).
  • Galactorrea en forma menos frecuente.

 

Diagnóstico

Se debe descartar el embarazo en la mujer y el hipotiroidismo.

  • Se realiza mediante el dosaje de PRL.
  • Imágenes de tomografía computada y resonancia magnética cerebral.

 

Evolución

Estos tumores no tratados pueden producir esterilidad, ceguera y podrían llevar a la muerte por hipertensión endocraneana.

Enfermedad de Cushing

Con este nombre se hace referencia a la enfermedad producida por un aumento del cortisol y ACTH.

Los síntomas son debidos al exceso de cortisol sanguíneo secretado por el estímulo que reciben las glándulas suprarrenales por el ACTH circulante.

Ellos son:

  • Cara de luna llena (redonda y roja)
  • Giba dorsal (Joroba de búfalo) debido a la acumulación de grasa en la parte alta de la espalda.
  • Obesidad central (abdomen prominente con brazos y piernas delgadas).
  • Estrías de color púrpura en la piel del abdomen, muslos, mamas y axilas.
  • Hirsutismo (excesivo crecimiento del vello en las mujeres).
  • Hipertensión arterial y diabetes.
  • Debilidad muscular por miopatía corticoidea.
  • Fatiga.
  • Dolores y descalcificación de los huesos.
  • Acné o infecciones cutáneas.
  • Depresión o manía
  • Impotencia sexual en el hombre y amenorrea en la mujer.

 

Diagnóstico

  • El diagnóstico es eminentemente endocrinológico mediante el estudio de los niveles de cortisol y ACTH. En ocasiones se realizan pruebas especiales de inhibición de secreción de ACTH o mediciones de ACTH en la sangre que sale de la hipófisis.
  • Imágenes de tomografía computada y resonancia magnética de tórax y abdomen para descartar tumores secretores de ACTH ectópica o tumores de la glándula suprarrenal.
  • Imágenes de tomografía computada y resonancia magnética de hipofisaria (en general son tumores muy pequeños).

 

Evolución

Es una enfermedad grave que lleva a la muerte por las complicaciones que produce.

 

Gonadotrofinomas

En su mayoría se trata de macroadenomas. Sus células contienen gránulos de secreción con FSH y LH pero no se liberan a la circulación sanguínea, cuando lo hacen, estimulan la función endocrina de los ovarios o los testículos.

 

Diagnóstico

  • Estudio de los niveles de FSH y LH sanguíneos.
  • Imágenes de tomografía computada y resonancia magnética cerebral.

Tumores mixtos

Estos tipos de tumores secretan más de una hormona; clínicamente existe el predominio de las acciones de una de ellas.

El diagnóstico se realiza mediante los estudios hormonales e imágenes tomográficas y de resonancia magnética.

 

Cuadro neurológico

Este cuadro puede estar constituido por:

  • Cefalea
  • Aumento de la presión intracraneana
  • Convulsiones
  • Trastornos de conducta

Tratamiento

En el tratamiento de los tumores de hipófisis puede ser farmacológico, quirúrgico o radiante.

 

Tratamiento médico

No todos los tumores tiene tratamiento médico, solo pueden ser tratados aquellos que secretan hormonas.

 

Prolactinomas

La cabergolina constituye el tratamiento de primera elección cuando no hay trastornos oftalmológicos, si los hubiera, la decisión debe ser tomada por el neurocirujano.

Se indica la cirugía cuando no hay respuesta a éstas drogas.

 

Acromegalia

Pueden utilizarse drogas específicas como el octreotride o cabergolina cuando no puede accederse a ella o en case de tumores mixtos.
Cushing.

Recientemente, se aprobó en Argentina el tratamiento con pasireotide, una droga con efecto similar a la somatoestatina

 

Tratamiento quirúrgico

Es el tratamiento de elección para los tumores hipofisarios.

En los prolactinomas es la segunda opción terapéutica, en casos que el tumor no se reduzca con la medicación

El abordaje quirúrgico de los tumores de hipófisis puede llevarse a cabo por dos vías.

  1. Abordaje transcraneano subfrontal. Se realiza a través de una apertura del cráneo
    en la región frontal, luego se reclina el cerebro para visualizar el tumor que se
    reseca con técnicas microquirúrgicas bajo microscopio operatorio.
  2. Abordaje nasal trasesfenoidal. Se llega al tumor a través de uno de los orificios nasales y el seno esfenoidal, se abre el piso de la silla turca y se extirpa el tumor, luego se reconstruye del piso selar. En general se la utiliza en tumores de pequeño o mediano tamaño que se ubiquen en el eje de la línea media.

 

El tiempo postoperatorio, las complicaciones y molestias que puede tener el paciente son menores.

El tratamiento quirúrgico de los tumores de hipófisis no está exento de complicaciones. Existe un índice de complicaciones del 10 al 15%, la más frecuente es la insuficiencia hipofisaria transitoria o definitiva, y la diabetes insípida. Menos comunes son la pérdida del líquido por la nariz (fístula de líquido cefalorraquídeo) infecciones y hemorragias.

Existe un índice de mortalidad del 2 al 5 %.

Estas consecuencias indeseadas son menores en centros con mayor experiencia quirúrgica.

 

Tratamiento radiante

Se utiliza en casos de falla de los tratamientos anteriores o cuando el paciente no quiere o no puede someterse a un tratamiento quirúrgico.

<h4></h4>

Director

Lesiones de los nervios periféricos

¿Qué es el sistema nervioso periférico?

 

El sistema nervioso periférico es uno de los tres grandes compartimientos en los que se halla dividido el sistema nervioso, junto al cerebro y la médula espinal. Su importancia fundamental radica en que es el nexo que conecta el sitio donde se generan y sincronizan los impulsos nerviosos (cerebro y médula espinal) con los músculos y los receptores sensitivos, y por ende con el mundo exterior.

Las enfermedades quirúrgicas que afectan a los nervios y plexos son sujeto de tratamiento por parte de un equipo multidisciplinario, el cual, dirigido por un neurocirujano, incluye a: cirujanos generales, ortopedistas, cirujanos plásticos, neurólogos, neurofisiólogos, fisiatras, kinesiólogos, terapistas ocupacionales, psiquiatras y psicólogos.

Las lesiones que asientan en los nervios se pueden dividir a su vez en tres grandes grupos, según su causa, pronóstico y curso evolutivo:

  • Lesiones crónicas
  • Lesiones agudas
  • Los tumores de los nervios

 

Lesiones Crónicas

La compresión crónica se produce en determinados sitios del recorrido de los nervios periféricos, por estrechez del espacio de pasaje.

Esto no ocurre en cualquier sitio del brazo o la pierna, sino en determinadas regiones relacionadas con articulaciones, huesos o ligamentos.

Todo paciente que refiera sensación de cosquilleo, dolor, debilidad o una combinación de todas ellas en la distribución de un nervio periférico, debe ser sospechado de padecer de una compresión crónica de un nervio.

El síndrome del túnel carpiano, provocado por el aprisionamiento del nervio mediano a nivel del túnel del carpo en la muñeca, es la compresión crónica más frecuente. Genera dolor en tres dedos de la mano (pulgar, índice y mayor), más importante durante la noche, y el tratamiento quirúrgico se impone en la mayoría de los casos.

El síndrome cubital, generado por la estrechez del nervio homónimo en el codo, presenta los mismos síntomas pero a nivel de los otros dos dedos de la mano (anular y meñique).

El síndrome del outlet torácico es una compresión directa del plexo braquial a nivel del cuello, y es de difícil diagnóstico ya que suele confundirse con otros problemas como las hernias de disco o la artrosis cervical. Los pacientes que lo padecen deambulan durante largos períodos sin diagnóstico preciso.

A nivel del miembro inferior, el nervio ciático en la región glútea (síndrome piramidal), el nervio femorocutáneo en la arcada crural, el nervio peroneo en la cabeza del peroné, y el nervio tibial posterior a nivel del túnel tarsiano, son sitios frecuentes de compresión.

El tratamiento de las compresiones crónicas siempre es en forma inicial kinesiológico, fisioterápico, analgésico, de reposo y de cambio de hábitos.

La falta de respuesta a este tipo de medidas sugiere la necesidad de una intervención quirúrgica cuyo objetivo será seccionar ligamentos o tejidos que comprimen al nervio para liberarlo en forma definitiva.

Lesiones Agudas

Las lesiones agudas de los nervios periféricos obedecen a un sinnúmero de causas traumáticas, entre las que podemos citar las laceraciones por herida de arma blanca (cuchillo, puñal, etc), las heridas por proyectiles de arma de fuego, las fracturas que provocan fragmentos óseos que impactan en los nervios, inyecciones y quemaduras.

Especial atención merecen las lesiones de plexo braquial, provocadas por la extrema tracción lateral acompañada por descenso del hombro, que se observan en algunos accidentes, especialmente por motocicleta o caída desde altura sobre el brazo.

Asimismo, las lesiones del nervio facial, que provocan parálisis de la cara, son comunes después de traumatismos o de cirugías de resección de determinados tumores cerebrales (los neurinomas vestibulares).

A diferencia de las lesiones crónicas, y en relación con el traumatismo que las genera, estas lesiones agudas pueden encontrarse en cualquier parte del recorrido de un nervio.

En general y como ya se ha mencionado, el tratamiento de las lesiones agudas es de rehabilitación en el momento inicial. En caso de no presentarse mejoría clínica al cabo de un tiempo variable de entre tres y seis meses, la reparación quirúrgica del nervio o plexo se impone como tratamiento de elección. Posteriormente a la misma el enfermo debe someterse a una rehabilitación intensa y de larga duración (varios meses y hasta dos años), ya que los resultados positivos suelen depender del tiempo que tarda el nervio reparado en crecer hasta el músculo, una velocidad que se estima en alrededor de 1 mm por día.

El traumatismo provocado por elementos punzantes, proyectiles de arma de fuego, fragmentos óseos, elementos cortantes, avulsiones de plexo braquial, lesiones del nervio facial durante la cirugía de tumores cerebrales, etc.

Los tumores de los nervios

Los tumores que nacen de los nervios periféricos suelen ser schwanomas o neurofibromas, ambos benignos en su gran mayoría. Dado que se originan en la vaina que recubre al nervio, en muchos casos con técnicas de microcirugía adecuadas se pueden extraer sin alterar el funcionamiento del nervio que les da origen. Esto genera la curación completa del enfermo sin secuelas.
En otras ocasiones, afortunadamente menos frecuentes, la extracción del tumor no es posible sin provocar la pérdida del funcionamiento del nervio, razón por la cual se debe posponer la exéresis tumoral completa en forma indefinida.
Algunas enfermedades genéticas como las neurofibromatosis se asocian a la presencia de tumores de nervios con mucha mayor frecuencia que en el resto de la población.
En los raros casos de tumores malignos, al tratamiento mediante cirugía se sucede a la aplicación complementaria de quimioterapia o radioterapia, según se decida en conjunto con oncólogos y radioterapeutas.

Tratamientos

Tratamiento Médico

Una vez diagnosticada la lesión, ya sea que se trate de una compresión crónica o una injuria aguda, el tratamiento inicial suele no ser la cirugía: se intenta mejorar la sintomatología con analgésicos, kinesioterapia, fisioterapia y métodos diversos de inmovilización.

En casos excepcionales, la intervención quirúrgica se impone como conducta inicial, pero ello sólo en pacientes que presentan claros signos de una lesión completa e irreversible del nervio, o un dolor de tal magnitud que no responda a los fármacos indicados y no permita esperar unos meses para determinar su evolución final.

En el resto de los casos, el tratamiento médico no quirúrgico debe completarse. Si al cabo del mismo no se obtiene una clara mejoría de los síntomas, se valorará la necesidad de efectuar la cirugía correctiva o reparadora.

 

Tratamiento Quirúrgico

La decisión de intervenir quirúrgicamente a un enfermo debe ser efectuada en el momento adecuado. Si se hace muy tempranamente, se limitan las posibilidades de recuperación espontánea del nervio.

En cambio, si la decisión es demorada demasiado, el músculo que no posee inervación se atrofia y degenera, lo cual hace más difícil la recuperación ulterior.

A continuación se describen sucintamente las diversas técnicas que forman parte del arsenal con que cuenta el cirujano de nervios periféricos para resolver los problemas de sus pacientes.

  • Neurotización: A diferencia de lo que ocurre con el cerebro y la médula espinal, donde el efecto beneficioso de la cirugía radica en la descompresión del tejido neurológico afectado por la noxa, la cirugía de los nervios periféricos y los plexos brinda la oportunidad única de crear nueva función donde no la había, por intermedio de la neurotización, que es el proceso mediante el cual un músculo denervado por la enfermedad del nervio que normalmente lo inerva, recibe inervación a partir de un nervio sano adyacente. Este proceso habitualmente demora entre 6 y 18 meses en producir una contractura muscular evidenciable y eventualmente útil, período durante el cual el paciente es asistido por los especialistas en rehabilitación de manera intensiva. La neurotización se utiliza en los casos en los que no es posible reconstruir la transmisión axonal del nervio.
  • Neurorrafia: En cambio, si se hallan los extremos seccionados de un nervio, éstos se deberán unir con técnica microquirúrgica, procedimiento llamado neurorrafia. Si dichos extremos se hallan muy alejados uno del otro, por pérdida de sustancia, se debe evitar la sutura bajo tensión, por lo cual se interpone un injerto entre los cabos.
  • Neurolisis: Es otro recurso técnico que posee la neurocirugía periférica. Se trata de la descompresión efectuada en un nervio que no ha sido cortado por completo, sino que está “apretado” por una cicatriz fibrosa o ligamentaria, provocada a su vez por el trauma. La respuesta favorable a esta técnica habitualmente es observada antes que la neurotización y la neurorrafia, inclusive en ocasiones, en el post-operatorio inmediato y radica en el hecho de que la indemnidad de las fibras nerviosas, que no funcionan debido a la compresión, brinda una rápida reinervación del músculo afectado.

La decisión respecto a la necesidad del uso de la neurotización, la neurorrafia o la neurolisis, en cada caso, es tomada por el cirujano en el momento mismo de la cirugía, cuando al exponer el nervio afectado, lo observa y estudia, determinando si se encuentra sólo comprimido, lesionado de manera irreversible, y si existen posibilidades de reconstruirlo.

Si ocurre el primer caso, la neurolisis será el procedimiento de elección, por el contrario, si la afectación es completa se efectuará una neurorrafia con o sin injerto, y si no existen posibilidades de reconstrucción por ningún método, se intentará una neurotización mediante el uso un nervio adyacente.

<h4></h4>

Director

Dr. en Medicina
Especialista en Neurocirugía
Profesor Titular de Neurocirugía, Facultad de Ciencias Médicas (UBA)
Jefe de División Neurocirugía, Hospital de Clínicas “José de San Martín” (UBA)

El dolor lumbar

El dolor lumbar (lumbalgia) es una causa importante de discapacidad y ausentismo laboral a nivel mundial.

Se puede clasificar en dolor axial (en la zona lumbar) y radicular (dolor irradiado hacia las extremidades inferiores sobre un territorio de una raíz nerviosa lumbar).

El dolor axial se puede originar en el disco intervertebral, las facetas articulares, el periostio que envuelve al hueso o los músculos lumbares; la causa del origen del dolor radicular puede ser una hernia del disco o la estenosis del canal raquídeo.

Solo en casos infrecuentes puede deberse a enfermedades graves (tumores).

dolor lumbar

¿Qué es lumbalgia?

Definimos la lumbalgia como la existencia de dolor de más de 12 semanas de duración, la prevalencia (proporción de individuos de un grupo o una población que presentan una característica particular, en este caso lumbalgia, en un momento dado) es del 5,9% al 18% y se estima que la recidiva al 1 año oscila entre el 24% al 80%.

El diagnóstico se hace mediante el examen neurológico y los estudios por imágenes (tomografía computada, resonancia magnética); el electromiograma permite identificar una radiculopatía y descartar enfermedades de los nervios (polineuritis) que también causa dolor.

Es interesante destacar que hay estudios de resonancia magnética que demuestran la presencia de hernias discales voluminosas en pacientes asintomáticos, y personas muy doloridas con estudios por imágenes no significativos.

Tratamientos de la lumbalgia

La mayoría de los episodios de lumbalgia o radiculopatía aguda mejoran con tratamiento médico y kinésico pero, una considerable proporción de pacientes padecerá de un dolor crónico recidivante.

La persistencia del dolor es más frecuente en personas mayores, con dolor muy intenso y trastornos del ánimo.

Los resultados de los estudios farmacológicos para el tratamiento de la lumbalgia son contradictorios; en algunos pacientes los bloqueos radiculares o la denervación por radiofrecuencia pueden aliviar sostenidamente el dolor.

Los procedimientos quirúrgicos habituales pueden ser la descompresión radicular así como la fusión vertebral.

Los estudios evidencian que la descompresión quirúrgica radicular se asocia con un alivio más rápido del dolor frente al tratamiento médico, pero no hay diferencia significativa en cuanto al dolor o la funcionalidad en el seguimiento de estos pacientes a 1 o 2 años del inicio del tratamiento.

Las evidencias indican que los tratamientos mínimamente invasivos (microdisectomía, disectomía endoscópica o percutánea) son eficientes en lograr la descompresión de la raíz nerviosa, no alteran la estabilidad de la columna y tiene baja incidencia de complicaciones.

 Microdisectomía: Vista bajo microscopio quirúrgico, 1) Separador de Caspar, 2) Disco intervertebral, 3) Saco dural.

 

Las fusiones vertebrales si bien son muy efectivas en lograr fijar los segmentos vertebrales no son tan efectivas en lograr la desaparición del dolor, se ha demostrado que aumenta la cantidad de casos de enfermedad de segmento discal adyacente a la fusión y que requieren de nuevas cirugías para extender los niveles espinales que se fijan.

Una alternativa desarrollada para casos de dolor discogénico es la colocación de un dispositivo elástico interlaminar con plástica del ligamento inter y epiespinal; es un procedimiento mínimamente invasivo que brinda buenos resultados.

Paciente con dos dispositivos colocados

 

Conclusión

El éxito en el tratamiento del dolor lumbar se basa en un buen diagnóstico de causalidad e iniciar con tratamientos conservadores para llegar en última instancia a los tratamientos quirúrgicos mayores.

Insuficiencia hipofisiaria

Se llama insuficiencia hipofisiaria o hipopituitarismo al estado causado por bajos niveles de las hormonas secretadas por la glándula hipófisis. Puede haber ausencia de una o más hormonas.

Esta deficiencia lleva a una disminución o ausencia de la función en la glándula u órgano efector; así, la ausencia de adrenocorticotrofina ocasiona una pérdida de la función de la glándula suprarrenal.

 

Causas

Pueden ser causas de insuficiencia hipofisaria los tumores de la glándula o hipotálamo, los traumatismos craneanos, cirugía o radioterapia en la región hipotálamos hipofisaria y, menos frecuentemente, por enfermedades como la sarcoidosis, la histiocitosis de células de Langerhans y la hemocromatosis o como complicación postparto (Síndrome de Sheehan).

 

Síntomás

Los síntomas dependerán fundamentalmente de la causa que lo ocasione y son dependientes de la ausencia de las hormonas o las actividades que éstas producen.

Se pueden mencionar:
Fatiga; debilidad; aumento de la sensibilidad al frío; disminución del apetito y pérdida de peso; hipotensión arterial; dolor abdominal y de cabeza; baja estatura en casos de inicio en la niñez; pérdida del vello pubiano y axilar.

En las mujeres el motivo de consulta suele ser la ausencia de ciclos menstruales y la esterilidad; por el contrario, los hombres consultan por una disminución de la actividad y del interés sexual y pérdida de vello facial o corporal.

Los casos de hipopituitarismo en niños llegan a la consulta por retardo en el crecimiento o un desarrollo sexual lento o ausente.

paciente femenina con insuficiencia hipofisiaria
Paciente de 21 años con Insuficiencia hipofisaria. La marca señala 1 metro de altura.

Diagnóstico

Al diagnóstico de insuficiencia hipofisaria se llega mediante:

  • El estudio de las hormonas que modifican la función tiroidea (TSH, T3, T4)
  • Adrenal (ACTH, cortisol)
  • Sexual (LH, FSH, estradiol, testosterona)
  • Del crecimiento (GH, IGF1). Las mismas se hallan disminuidas o ausentes.

 

Tratamiento

Si la causa reside en un tumor es prioritario el tratamiento de éste.

La carencia hormonal se trata mediante la sustitución de las hormonas en falta; frecuentemente, la sustitución de hormonas es necesaria, incluso después de la extirpación exitosa de un tumor.

La insuficiencia hipofisaria en general es permanente y requiere tratamiento de por vida.

Con un tratamiento adecuado es posible que el paciente lleve una vida normal y su expectativa de vida no cambie.

<h4></h4>

Director